viernes, 2 de octubre de 2015

001: 15 de Agosto

15 de Agosto de 2015.


Dos meses y medio después aún extraño tu olor, el sonido de tus pisadas y de tu voz.
Aún echo de menos tus gritos y desvaríos, sonrisas y lágrimas. Aún echo de menos tu pelo, tus manos, tus caricias y tus besos.
Echo de menos no haberte dicho lo mucho que te he querido, lo que te quiero y lo que te querré. 
Echo de menos tantas cosas que jamás, jamás de los jamases voy a poder volver a tener...

A veces me gusta sentarme a reflexionar, pensar en ti y pensar en cómo te gustaría que fuera, en qué te gustaría que me llegara a convertir.
Pienso en las cosas que hemos vivido, en los viajes que hemos hecho, las aventuras que hemos tenido... Y por desgracia también pienso en que nada de eso va a volver a pasar. Nunca.

Me siento sola. Es una mezcla muy extraña, el sabor que me deja es agridulce. Dolor y soledad. Sé que no tendría que estar así, me dirías, tengo amigos y familia que me quieren y me cuidan como nunca nadie me va a querer y cuidar. Excepto tú.Tú me has querido y me has cuidado como nadie. Me has tratado siempre como si fuera la única para ti. Sólo tenías ojos para mí, o eso me decías.

Algunos piensan que no te echo en falta, que me he olvidado de ti. Y piensan eso porque no ven mis sentimientos. Pero la realidad es que ni tan solo han pasado dos meses, y cada noche lloro por ti, por todo lo que hemos pasado y sufrido.

Aún no he tenido el valor de ir a verte, hablarte y contarnos cómo nos va todo. Espero que estés muy bien. Pero mamá, la verdad es que tengo miedo. Tengo miedo a darme cuenta al fin, y aceptar que ya no vas a venir nunca más, de que te has ido y me has dejado sola completamente. Tengo miedo de no vivir lo suficiente como para dejar de echarte de menos. Porque en el fondo de mi corazón, todos los días espero que al volver a casa tú estés ahí, sentada en el sofá con la gata, y preguntándome al llegar que qué tal me ha ido todo. A día de hoy aún lo espero. Pero sé que no lo voy a tener, porque tú ya no estás.

Por último y para finalizar esta primera carta, quiero decirte que eres la mejor madre que me podría haber tocado. No me arrepiento de nada por lo que hemos pasado juntas. De n a d a. Sé que todos nosotros lo hemos pasado mal, pero tú sin duda la que peor, así que descansa en paz, mami, descansa en paz vida mía.




Aquí os dejo una parte muy personal sobre mí. Necesitaba compartirlo. Disfrutad.




6 comentarios:

  1. Madre mía, me ha puesto los pelos de punta.
    Me pongo en tu lugar, y sé que lo doloroso que yo lo percibo no es ni una milésima parte de lo mal que es realmente. Siempre pensamos que estas cosas sólo le suceden a otros, pero no siempre es así. La vida puede ser muy puta, y siento la expresión.
    Hacia mucho que no me pasaba, espero volver a leerte pronto.
    Besos, Amanda.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La vida es así, y no puede cambiarse. Nunca piensas que nada malo te puede pasar, hasta que de veras te pasa y te hunde.
      Yo también espero verte alguna otra vez por aquí, bonita. ¡Un abrazo!

      Eliminar
  2. ¡Celia!
    Me ha gustado muchísimo este texto. Estoy hasta temblando. Cuando intento ponerme en tu lugar, sé que es algo horrible, que no le debería de haber tocado a nadie... y, sin embargo, abrir otra vez el blog es un paso más. Estoy seguro de que te ayudará de una forma u otra. Y recuerda que estoy aquí para lo que necesites, que la vida es muy dura y que nos tenemos que apoyar siempre en los malos momentos, soulmate <3

    Besos <333

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Soulme, es duro y creo que eso lo podemos ver todos. Pero de estas cosas se salen, somos humanos y tenemos derecho a tener nuestros altibajos.
      ¡Un abrazo! Te quiero.

      Eliminar
  3. No sé qué decir que no te haya dicho ya. Te quiero.

    ResponderEliminar

Rock On